5. Críticas

Si algo debe tratar de tener un escritor, (entre otras muchas cualidades) es paciencia y una autoestima a prueba de balas. El primer requisito es fundamental para por ejemplo, no volverte loc@ mientras esperas durante largos meses por una respuesta de las editoriales y la segunda condición es apropiada si pretendes seguir escribiendo con la confianza íntegra.

Cuando terminamos una novela y se la prestamos a alguien, asumimos un riesgo. ¿Le gustará?, ¿no le gustará?, ¿pensará que soy un escritor mediocre? A nadie le agrada soportar el peso de la incertidumbre y menos si este tiempo se prolonga, de ahí que el primer requisito sea fundamental XD.

Entonces un día ves que te ha llegado un correo de la persona que tiene tu manuscrito. En ese instante sientes un retortijón y vuelves a preguntarte, ¿lo habrá leído?, ¿le habrá gustado? Le das a abrir y el ordenador se te queda bloqueado (suele ocurrir en los momentos más oportunos), de manera que te toca sufrir otra agónica espera. Respiras hondo y entiendes que no puedes emprenderla a golpes con el único ordenador que tienes. ¡Tu herramienta de trabajo!

Al fin nos deja abrir el dichoso mensaje y devoramos su contenido. Sí, sí, sabes muy bien que el termino “devorar” es el más adecuado en estos casos. Y llegados al punto, puede suceder dos cosas. Si la opinión es positiva experimentas eso que algunos consiguen por medio del yoga u otras técnicas posiblemente de varios rombos; la levitación, la satisfacción plena...

En cambio si la respuesta no es la deseada, entran en juego diversos factores. Pero de entrada seamos sinceros amigos, por muy diplomática que sea la negativa, ¡escuece! Y creo que quien diga lo contrario MIENTE (como un bellaco además). ¿A quién le puede resultar agradable que después de tanto trabajo y esfuerzo, no haya calado aunque solo sea a ese lector? Luego recapacitas y hasta descubres que puede tener razón en ciertos aspectos (siempre que dicha opinión no sea con mala leche). Incluso echas mano de la autocrítica, corriges aquellos fallos que no habías percibido, pones en práctica lo aprendido en los siguientes trabajos... Conclusión; aunque de buenas a primeras, estas críticas nos fastidien, son tan necesarias como las buenas.

Pero... ¿y si nos encontramos en el contrapuesto?, ¿y si somos nosotros quienes debemos valorar una obra? Pues en esa situación ocurre algo parecido, dado que tampoco es agradable señalar las obras de otro. Y no es nada agradable precisamente porque sabemos lo que se siente.

Razón por la cuál muchos optan por el camino fácil que es mentir, diciéndole a ese compañero lo mucho que le ha gustado su novela. NO SEÁIS HIPÓCRITAS. Se suele percibir la mentira por lo superfluo del comentario y lejos de quedar bien, le demostráis a ese compañero una falta de respeto considerable. Además de llamarle indirectamente tonto, claro.

Aunque manifestar una negativa nos suponga un mal trago, recuerda que es absolutamente necesario y si le tienes un mínimo de estima a tu compañero, SERÁS SINCERO. Utiliza toda la diplomacia que quieras, suavízalo como te apetezca pero sé sincero. Se lo debes para ayudarle a crecer.

Y hablando de críticas y comentarios, quiero aprovechar para recomendaros un espacio "el blog de Anxana" dónde dejo mi opinión acerca del libro de la autora María Martínez. Ella es también la propietaria de ese blog y os aconsejo que paseis por allí y la conozcáis un poquito más porque es una chica majísima y comenta cosas muy interesantes sobre el mundo editorial y en general. Y por último, avisaros de que a muchos bloggeros que pasaís por mi rincón, os he puesto un enlace en el mío. Aparece en el apartado "Blogs amigos" de la izquierda.