sábado, 17 de septiembre de 2011

Un día en el colegio

Antes que nada, quiero disculparme por no actualizar la semana pasada pero estuve muy ocupada con las correcciones, más mi novela y al final me fue imposible.
(Todos los derechos reservados)
Querido diario:

como cada mañana mamá me dejó en las puertas del colegio, y como cada mañana también, me dio un beso de despedida. Mira que le he dicho a Berta muchas veces que no lo haga, que no arruine mi escasa reputación, pero nada... ella se empeña en boicotearme.

Salí del coche vigilando que nadie hubiera presenciado la escena del besuqueo, y vi a Laura con sus compañeras de último curso. Le faltaba menos de un año para comenzar la universidad, pero todavía no sabía qué carrera iba a estudiar. Alguna que no requiera de mucho esfuerzo mental, decía, para ir compaginándola con la otra carrera que pensaba hacer de forma paralela; la de modelo. Soñaba con llegar a ser una top model y casarse con el rubio empalagoso de los Backstreet Boys. Al resto de los miembros de esa banda ya se los habían pedido sus otras amigas del grupo, las Guais.
—Hola, Laura —la saludé cuando pasé por su lado.
—Hola—me contestó—. Más tarde me paso por tu casa.
Asentí y seguí andando con mi mochila en un hombro. No solíamos juntarnos en el colegio. Entre otras cosas porque íbamos a cursos diferentes y además, yo no congeniaba con sus amigas. Los únicos intereses de éstas estaban puestos en los chicos y la moda. Aunque poco glamour podía haber en sus uniformes tan grises e insulsos como los de cualquiera de nosotros.

Pero Laura no era la única que pertenecía a un grupo, la mayoría de los alumnos lo hacían. Por ejemplo: se encontraba el grupo de los Tanos, una familia de cuatro hermanos gitanos muy religiosos, que a la mínima ocasión improvisaban un tablao flamenco en el patio y se arrancaban por bulerías. Los chicos que se juntaban cada recreo para jugar al fútbol eran conocidos como los Goleadores. Sin embargo, de eso más bien había poco cuando jugaban contra un equipo rival. También había un numero de chicas de apariencia relamida y extremadamente ortodoxas. Las llamaban las Kittys porque eran igual de cursis que aquella gata blanca de origen japonés y les encantaba lucir enormes lazos en la cabeza. Y por último, estábamos los que no teníamos grupo y por tanto formábamos el más grande de todos, los Proscritos. Éramos desarraigados que paseábamos por el patio a la caza de anécdotas sobre éstas pandas, para después comentarlas y reírnos entre nosotros.

Me ajusté la falda y las medias, revisé mi trenza del pelo y volví a colocarme la mochila. Cualquier acción era válida para matar el tiempo hasta que sonase el timbre. De repente, sin previo aviso, sentí de lleno el golpe de un objeto contundente contra mi cabeza.

—¡Ahy! —exclamé llevándome la mano a la zona dolorida.
—Lo siento, Dana —se disculpó el responsable del choque.
Era uno de los chicos del grupo de los Goleadores y por supuesto, con lo que me había golpeado era un balón de fútbol. Le miré con cierto resquemor pero me abstuve de cualquier intento de venganza.
—¿Te lastimé mucho? —insistió.
—No te preocupes, sobreviviré. Pero también te advierto; como a partir de ahora necesite llevar gafas no habrá lugar en el que te puedas esconder, chaval —le aseguré, a medias bromeando.
Para mi sorpresa se apresuró a bajar la cabeza visiblemente avergonzado y yo fruncí el ceño descolocada con su reacción.
—Bueno, pues siento haberte lastimado, adiós.
Pero que chico más rarito..., pensé, mientras le veía alejarse como un animalillo tímido.
Al otro lado del patio, vi también a una de las Kittys. Más bien, vi su enorme lazo rojo y a ella la intuí detrás. Supe que había visto el accidente por su sonrisa malévola, por lo que me invadió la rabia. De todos los grupos existentes, las Kittys eran las peores con diferencia.
Disfrutaban siendo unas soplonas y malmetiendo a las monjas contra cualquiera de nosotros. Nadie las soportaba, pero los proscritos solíamos ser su principal objetivo y ellas el nuestro. Por fin sonó el timbre y los alumnos uniformados nos dispusimos a entrar en el edificio formando varias filas. Entonces la Kitty que se había reído de mí, pasó por mi lado y yo hallé una oportunidad perfecta para desquitarme. Con un gesto disimulado a la vez que rápido, coloqué la pierna a su paso. Ella tropezó hacia adelante y su enorme lazo salió despedido por los aires para aterrizar como un paraguas encima de otro alumno. Pero la Kitty no cayó sola, no. La mala fortuna quiso que arrastrara a otros en su desgracia, y en cuanto su cuerpo chocó contra el siguiente de la fila, éste chocó también con el que tenía delante y así sucesivamente hasta que la fila entera de estudiantes se fue desplomando igual que si fuesen fichas de dominó. Luego se hizo el silencio...
La primera en reaccionar fue la Kitty. Se incorporó, todavía confusa por el golpe, y buscó con la mirada su lazo. Descubrió que lo tenía el alumno al que le había caído encima; de manera que corrió hacia él, se le arrancó de las manos, se lo volvió a poner en la cabeza y en cuanto recuperó su seña de identidad, me apuntó con el dedo y gritó:
—¡Profe,profe, ha sido ella!
La monja me clavó la mirada, y yo estaba tan pasmada por lo que acababa de suceder que mi propia expresión me delató.
—¡Dana Román, al despacho de la madre superiora!—me ordenó, furiosa mientras señalaba la dirección.
No hacia falta, me lo sabía de memoria. Y así, comencé mi día en la escuela.

14 comentarios:

  1. Los Proscritos!!!! Ja,ja,ja!!!
    Qué bueno, Raquel! Cómo me he reído con las descripciones de los grupos y el efecto dominó del final.
    Además, me imaginaba a cierto personaje de tu novela viéndola a ella en plan "Gran Hermano" y todavía me daba más risa.
    No dejes de sorprendernos con las ocurrencias de Dana!!!
    Besos

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  2. jajajaja Pobre Dana!!! Me ha encantado este fragmento del diario! Coincido con Cyllan al decir que el efecto dominó ha sido soberbio...casi me muero de risa al imaginarme a la Kitty con cara de "¿quién soy? ¿qué ha pasado?"
    Un beso, guapa!

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  3. Los proscritos, tiene una cosa tan sonora a reos y presos jajaj que es normal como Dana se veía en esa época.
    Y bien, no había hecho nada malo jajaj solo un magnifico domino donde quiso dejar en vergüenza a quien se iba a reír de ella, yo lo habría hecho también jajaja

    Como siempre una genia, Raquel!

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  4. Super divertido jejeje. Como ya te han comentado, me ha encantado la descripción que haces de las diferentes clases, y también que a la clase de los que no tienen grupo les hayas llamado Proscritos. Además este grupo le pega mucho a Dana. Ya me caen fatal las kittys y apenas las conozco, así que me ha encantado cuando Dana le ha puesto la zancadilla, y el efecto dominó ha sido visual y un momentazo. Besos guapa!!

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  5. Y supongo que ya entonces estaba haciendo cosas de brujas sin darse cuenta. Seguro que fue la primera en sorprenderse al ver a toda la fila desplomándose! Lo que me pregunto es qué vería la madre superiora en su rostro cada vez que la enviabana su despacho, seguro que pensaba: Dios, qué cruz, ya está aquí ese demonio de niña!
    Pero para mí, el momentazo del relato es la idea de Laura de elegir una carrera que no requiera mucho esfuerzo mental, jajaja!
    Esperando la próxima entrega...

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  6. Pobre Dana!! Qué buenos nombres son los de cada grupo. Creo que has sabido mostrar la personalidad de cada uno de los grupos.
    Besos.

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  7. jajaja Cyllan me alegro de que te haga gracias, yo también me rio escribiendo sobre Dana. Está loca! XD. Besotes!

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  8. Enone, si, la Kitty flipó en colores y por un momento hasta se sintió desnuda sin su lazo. La que también flipo, fue la propia Dana, que no esteraba lo que se lió por su culpa. Ella es así; primero actua y luego se lamenta jajajjaja. Un besazo!

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  9. Carla te confieso un secreto? yo también le hubiera hecho la zancadilla a la Kitty porque esa niña es odiosa!!! jajajajaja. Besotes y mil gracias por seguir las aventuras de esta loquita.

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  10. Hada me alegro de que te gusten la idea de los grupos pero es que creo que sobre todo en esas edades, solemos encasillar a la gente y por eso los grupos, las pandillas y los motes, están a la orden del día entre los adolescentes. Un besazo mi niña!

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  11. Bea jajjaja, si, en estas aventuras sobre Dana, habrá cositas que dejarán entrever los que en un futuro será. Y sí, la madre superiora ya está cansada de lidiar con las trastadas de Dana, pero tú ya la conoces y sabes que ella siempre se tiene que ver metida en líos jajajaj. A ver si algún día esta chiquilla nos sienta la cabeza xd. Un besazo guapaa!!

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  12. Dany muchisímas gracias!, espero que te sigas divirtiendo con Dana y todos esos grupos xd. Un besote!

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  13. Si, definitivamente todos los colegios de monja son iguales xD En el mio estaban las superpijas (tambíen conocidas con el nombre oculto de las pilinguis xD), los vips (chonis de alto standing), los empollones (supongo que de estos tiene que haber en todas partes) , y otro grupo de heavys (estos se juntaban también con un grupo de kittys de esas que describes tú, nunca se me habría ocurrido el nombre... jajaja).

    PD: Buen relato! te sigo leyendo =D

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  14. jajajaj Isaku, es que creo que en todos los colegios y en todas las pandillas, existen motes xd. Que gracia me hizo lo de las pilinguis, si llegas aparecer un poco antes, te pido permiso para ponerlo para algunos de mis grupos. Un besazo!!

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